Los yelmos medievales son piezas de armadura que se utilizaban para proteger la cabeza y el rostro durante la Edad Media. Aprende sobre la historia de estos cascos y descubre la mejor tienda online para encontrar yelmos medievales de calidad, clásicos y antiguos, con las mejores ofertas del mercado.
Los yelmos medievales
La Edad Media es una época que nos captura la imaginación: la edad de la caballería, las cruzadas, héroes por donde veas… Mil años en que se formó la cultura occidental como la conocemos ahora…. mil años de yelmos. En nuestra tienda de yelmos medievales podrás encontrar todos los que estés buscando de la época que los necesites. Y sobre todo, además de tener el catálogo más completo, tenemos las mejores ofertas de la red.
El yelmo medieval
La Edad Media es el momento histórico en que se desrrolla lo que en realidad puede llamarse un yelmo. Es decir, piezas diseñadas para proteger toda la cabeza en su totalidad, no salamente algunas partes clave.
En un largo proceso de diseño, los cascos comenzaron a proteger más y de mejor forma más y más partes de la cabeza hasta eventualmente protegerla en su totalidad. Aunque para ello se sacrificara la visión periférica y la capacidad de oir se redujera drásticamente.
La evolución del yelmo medieval alcanza su madurez con el “gran yelmo” que muchas veces asociamos con las cruzadas. Éste yelmo cilíndrico y estorboso fue sofisticándose para hacerse más cómodo al mismo tiempo que mejoraba su protección. Pasó de ser una pieza cilíndrica un ensamble de piezas que se amoldaban a quien la usaba y a cada uno de sus movimentos, integrando piezas móviles y articuladas.
Y para cuando los yelmos y en general las armaduras presentaban su mayor perfección, su caida fué esptrepitosa. Al aparecer las armas de fuego que en poco tiempo las hicieron obsoletas.
Pero mientras llegamos a esa discusión, veamos la evolución del yelmo medieval.
Evolución de los yelmos medievales
Desde el siglo V hasta el XIV, los yelmos medievales evolucionaron de sencillos cubiertos de cuero o lino para proteger la cabeza, a sobresalir piezas de metal con viseras y rejillas. A medida que aumentaba la sofisticación de las armas y las armaduras, los yelmos también se hicieron más complejos, y se fortaleció en una parte esencial de la protección del guerrero.
Los primeros yelmos medievales (entendidos como cascos que protegen toda la cara), eran simplemente cestas de mimbre o cuero trenzado que se colocaban sobre la cabeza. Estos cubrían el rostro por completo y eran efectivos para proteger contra los golpes de espada, pero dificultaban la visión y la respiración. A partir del siglo IX, los yelmos comenzaron a hacerse más elaborados, con viseras y rejillas para proteger los ojos y la cara. También se agregaron orejeras y barbillas para proteger el cuello.
A partir del siglo XI, los yelmos se hicieron más comunes en las batallas, y se cerraron en una parte esencial de la protección del guerrero. Los yelmos de este período eran generalmente de hierro forjado, aunque algunos eran de bronce. Los yelmos de este periodo también eran más ligeros y más cómodos de usar, lo que les permitió a los guerreros tener una mayor movilidad.
A partir del siglo XIII, los yelmos medievales comenzaron a hacerse más sofisticados, con viseras articuladas que se pudieron levantar y bajar para permitir la visión y la respiración. También se agregaron rejillas y orejeras para proteger los ojos y el cuello. Los yelmos de este periodo eran generalmente de acero, y eran muy efectivos para proteger al guerrero de las armas y las armaduras de los enemigos.
A partir del siglo XIV, los yelmos se hicieron más complejos, con viseras y rejillas que se pudieron levantar y bajar para permitir la visión y la respiración. También se agregaron orejeras y barbillas para proteger el cuello. Los yelmos de este periodo eran generalmente de acero, y eran muy efectivos para proteger al guerrero de las armas y las armaduras de los enemigos.
El gran yelmo primitivo
La historia del gran yelmo comienza en los siglos XII y XIII con el gran yelmo primitivo, que cubría la cabeza y la cara, pero no así la nuca ni el cuello. Probablemente una evolución del casco nasal cuando fue más necesario protegerse de las astillas de las lanzas rotas y de la arquería.
El Gran yelmo (Top Helm)
Para la época de las cruzadas, el diseño había evolucionado hasta cubrir por completo la cabeza, la nuca y el cuello en una forma cilíndirica, con cima plana y aberturas para ver y ventilar. Para 1240 había incluso unos diseños con cima cónica que era conocido como “sugarloaf helm”. El gran yelmo proveía mejor protección que yelmos anteriores, sin embargo era pesado y limitaba la visión. Se colocaba sobre la cabeza con maya y cervellera. Era usual que, luego de la primer carga de caballería, el caballero se lo quitara.
El gan yelmo fue sustituido más adelante por el bacinete.